viernes, 25 de enero de 2013

Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos o la mala costumbre de no hacernos cargo de nuestros desechos

Probablemente muchas sean las causantes de la generación de los residuos. Pero, y seguramente estaremos todos de acuerdo en que el gran generador en cantidades inmensas es el ser humano y sus industrias.

El proceso de industrialización que comenzó a mediados del siglo XVIII sólo aceleró algo que se da por consecuencia sólo por el hecho de vivir. Con lo cual no podemos pretender no producir desechos, sino tratar de reducir los desechos que producimos, reutilizar lo que podamos reutilizar y reciclar todo el desecho que podamos.
Para abordar este tema, me comuniqué con la gente de EcoUrbano, para que me respondiera algunas preguntas que me surgieron. Para ellos: un GRACIAS gigante!


1-    Cuando hablamos de los residuos sólidos urbanos, ¿a qué nos referimos?

Los residuos sólidos urbanos pueden asimilarse a los residuos domiciliarios, constituidos por aquellos elementos, objetos o sustancias que como consecuencia de los procesos de consumo y desarrollo de actividades humanas, son desechados y/o abandonados. En nuestro país, su definición está contenida en la Ley 25.916. Se habla de sólidos para diferenciarlos de efluentes cloacales e industriales y urbanos para indicar que son consecuencia de la actividad humana, que mayormente se desarrolla en las comunidades, sin importar su tamaño o población.

2-      ¿Cuándo comenzó a tratarse el tema mundialmente y por qué?

No hay fecha precisa de comienzo, pero sí hay un hito importantísimo que es la Conferencia de las Naciones Unidas que se realizó en Estocolmo en el año 1972, donde se creó el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), se instituyó el día Mundial del Ambiente Humano (celebrado todos los 5 de junio en honor a dicha conferencia) y se delinearon políticas y acciones para comenzar a encarar la temática socioambiental desde una perspectiva integral. Si bien muchos grupos, comunidades y ONG’s ya militaban estos temas, se puso en el tapete mundial a partir de ese momento y fue creciendo su importancia política y mediática luego de ese momento. De todas formas, cuando se comenzó a hablar de este problema, fue una actitud reactiva más que preventiva, pues la saturación de residuos para ese momento ya era muy alta y sobre todo los países industrializados, tenían serios problemas sanitarios generados por residuos.

3-      ¿Cómo está la situación en Argentina? ¿Y en Paraná?

En nuestro país la situación es regular, existen municipios (sobre todo pequeños), que gestionan adecuadamente la mayor parte de sus residuos, pero el 90% (dato no estadístico, sino aproximado) del total de las comunidades del país tiene deficiencias más o menos relevantes en relación a sus residuos. Existe una ley que obliga a todos los niveles estatales a cumplir con la gestión integral de RSU, pero lamentablemente los procesos de transformación son lentos, costosos para algunas realidades y no forman parte de las prioridades inmediatas de las mayoría de los gobiernos de turno.
Nuestra ciudad no es la excepción: tenemos un volcadero a cielo abierto hace más de 80 años, nuestros arroyos son cintas transportadoras de basura, no hay separación en origen ni planta de tratamiento. Hubo iniciativa conjuntas de los gobiernos y ONG’s que pretendieron instalar la clasificación domiciliaria y tenía un alto porcentaje de acatamiento, pero terminaron cayéndose por la falta de presupuesto y acción municipal. Si bien en esta gestión ya se abrieron los sobres para una Planta de Clasificación y tratamiento (eso ocurrió el 23 de Enero de éste año), la infraestructura por sí sola no soluciona este complejo problema, aunque vemos con buenos ojos que el tema esté en el tapete, ya que mucha gente sólo está al tanto del problema porque el humo de la quema llega al centro. Aunque parezca surrealista, muchas personas ni siquiera conocen el volcadero municipal.



4-      Cuando hablamos de la “gestión integral de los RSU”, ¿de qué estamos hablando?

Técnicamente, se denomina gestión integral de residuos domiciliarios al conjunto de actividades interdependientes y complementarias entre sí, que conforman un proceso de acciones para el manejo de residuos domiciliarios, con el objeto de proteger el ambiente y la calidad de vida de la población. Comprende las siguientes etapas: generación, disposición inicial, recolección, transferencia, transporte, tratamiento y disposición final (ley 25916). Lo que significa es que la cadena de los residuos debe mirarse en forma interdependiente y relacionada, con visión sistémica, desde la generación hasta la disposición inicial y debe contar con la participación activa y responsable de todos los actores, para que se logren los resultados ambientales, económicos y sociales que dicha gestión acarrea.



5-      ¿Cuáles son los “beneficios” de la gestión integral de los RSU?

Ambientales: menor contaminación ambiental del aire, agua, suelo, etc. (obviamente); menor presión sobre los recursos naturales (por la virtuosidad de los procesos de reciclado).
Sanitarias: disminución de índice de enfermedades asociadas a la deficiente gestión de residuos (problemas respiratorios, intestinales, enfermedades transmitidas por vectores).
Sociales: dignificación del rol del recuperador urbano, mejora de sus condiciones de trabajo y de vida, mayor inclusión social de este sector.
Económicas: menores costos para empresas recicladoras, mayor recaudación impositiva, alto índice de recupero de materiales o elementos de carácter escaso o no renovable (sobre todo de los derivados del petróleo), mejor aprovechamiento de recursos naturales disponibles, disminución del presupuesto destinado a acciones paliativas derivadas de la deficiente gestión de residuos (saneamientos, atención en centros de salud públicos por enfermedades, etc.). Hasta turísticos, porque una ciudad limpia es una ciudad digna de visitar.

6-      En un proceso a largo plazo, la localidad de Federal tiene su propia Planta Integral de Tratamiento de Residuos donde, actualmente, se encuentra incorporada un 80% de la población haciendo la separación de los RSU en origen. ¿Es esto posible en Paraná? ¿Por qué?

Esto es posible en Paraná y en cualquier comunidad que tenga la voluntad política y social de hacerlo posible. Pero es un proceso lento, complejo, a largo plazo y que debe hacerse con un principio clave de la Atención Primaria Ambiental: la gradualidad. No puede pretenderse que de un momento a otro una comunidad entera cambie sus actitudes respecto a los residuos; debe sensibilizarse, recibir educación ambiental, ser estimulado y premiado por su adecuada conducta, deben establecerse en forma progresiva las transformaciones para que las mismas tengan éxito. Los planes “instantáneos” no sólo no sirven, sino que son contraproducentes, desmotivan a la población por su fracaso.

7-      ¿Hay algún plan para realizar la gestión integral de los RSU?

En nuestra ciudad sí, de hecho tenemos dos ordenanzas recientes que obligan al ejecutivo municipal a tomar cartas en el asunto (una de ellas, de abril de 2012, es la que adhiere a nuestro municipio en forma total a los preceptos establecidos en la Ley 25.916). Las primeras medidas se han tomado, pero son insuficientes, porque la magnitud del problema hace que sus resultados no sean inmediatos y además es un largo proceso a recorrer que implica el análisis minucioso de cada paso a dar, por los conflictos de intereses que desata cada parte del recorrido. Asimismo, la gestión integral de residuos por su mismo carácter, implica a más de un período de gobierno y debe contar con un alto consenso social, pues compromete a todos los generadores.
Como medidas concretas, podemos destacar que hay una decisión que ha sido fuertemente difundida de construir una planta de importantes dimensiones con financiamiento del BID, para incorporar la mayor cantidad de trabajadores y procesar el mayor volumen de residuos inorgánicos posible. La misma se instalaría donde hoy está el galpón que funciona como centro de acopio de los grupos de recuperadores (instalaciones de la Unidad Municipal Nº 2), a muy pocos metros del Volcadero. La idea es que los residuos pasen por allí en primera instancia, se genere un acondicionamiento y acopio de los mismos y, una vez generada la fracción de rechazo, tengan como destino final un relleno sanitario microregional (el cual también ha sido difundido y ha generado el rechazo de algunos sectores de la comunidad). Ayer, 23 de enero, la intendenta de nuestra ciudad abrió los sobres para la licitación de la misma.



8-      ¿Qué áreas deberían trabajar conjuntamente para implementarlo en nuestra ciudad?

Aunque suene obvio, todas. Porque las diferentes aristas de un Plan de Gestión Integral involucran más recursos humanos y materiales de los que comúnmente se toman en cuenta, pero así también tiene resultados y externalidades mucho más potentes que las que directamente de él se derivan. Necesita por supuesto de las áreas de planificación de infraestructura y servicios (vialidad, obras públicas, obras sanitarias, limpieza, unidades municipales, parques y paseos, etc.), pero también contar con un presupuesto adecuado (secretaría de hacienda), una constante y clara comunicación (áreas de prensa y relaciones con la comunidad), un compromiso de las áreas operativas para su control y ejecución y una coordinación y monitoreo permanente. Dicha coordinación debe estar llevada a cabo por una mesa de gestión, que involucre al ejecutivo municipal en su totalidad, pero también a organizaciones ambientalistas, del sector empresario, organizaciones de base que sean referentes comunitarias y barriales, pues la diversidad de actores que la gestión involucra debe plasmarse con representantes de todos ellos. No hay nadie que no sea parte del problema de la gestión de los RSU, entonces todos debemos ser responsables de encontrar la solución.

9-      ¿Cuáles son los costos económicos y financieros de la gestión integral de los RSU?

Primeramente, los costos de infraestructura, los cuales para ciudades con problemas tan complejos como los que tiene Paraná demandan altas inversiones en obras principales e inversiones menores en obras complementarias (como trama vial adecuada para el circuito de recolección). Estas obras deben financiarse generalmente con dinero de la nación o la provincia, o a través de préstamos de entidad supranacionales, pues difícilmente un municipio tenga capacidad económica y sobre todo financiera para realizarlas. Incluyen los costos de asesoramiento para la formulación del plan y los estudios de impacto ambiental previo. Luego tenemos los costos de comunicación del programa, los de Educación Ambiental y sensibilización de la comunidad, los de capacitación de la planta municipal, entre otros. Como costos hundidos tenemos los de recolección municipal, porque de todas maneras es dinero que ya se eroga para ese fin en forma corriente (en todos los presupuestos); incluso, podemos afirmar que cuando no se realiza una gestión integral de residuos, estos gastos son dinero malgastado, pues el mismo flujo de erogaciones se podría utilizar para la recolección diferenciada.

10-   ¿Existe algún cálculo estimativo de la inversión que requeriría?

Son más mensurable los cálculos de las grandes inversiones necesarias en infraestructura (terrenos, construcciones, máquinaria pesada y herramientas, reestructuración de personal, etc.), pero como decimos, hay otras inversiones menores que se deben realizar y no se las puede vincular en forma tan directa con un plan de gestión, por lo cual entraríamos en un disquisición si corresponden al mismo o a otros fines del Estado Municipal. Lo que sí destacamos, corroborando lo afirmado anteriormente, es que no sólo hay que poner foco en la inversión inicial que se necesita sino también en los recursos monetarios que se requieren para garantizar la sustentabilidad del programa, que es el punto clave.
Como datos numéricos, podemos citar los costos de la Planta de Clasificación y Transferencia de Residuos Sólidos Urbanos (PCT) de la ciudad, para lo cual se ha previsto un monto de $8.651.867. El 23 de enero se abrieron los sobres con las ofertas económicas para la construcción del galpón de operaciones de la PCT y el sistema mecánico de clasificación, la cual se dividirá en dos licitaciones: una para realizar, en cuatro meses, el edificio donde se hará la clasificación de residuos (con una inversión de $4.703.367); y la otra, para que el Estado Municipal adquiera la cinta de clasificación (con un presupuesto oficial de $3.948.500).

11-   Al ser un proceso a largo plazo, ¿en qué tiempo se verían los resultados de la gestión integral de los RSU?

Los resultados son inmediatos, pero la totalidad de ellos o su real dimensión de impacto sí se ve en el largo plazo. Los más importantes se materializan en el mediano y largo plazo (muchos de ellos por su carácter intangible o bien porque son un fin en sí mismo), pero eso no quiere decir que no hay resultados tangibles en el corto. Cuando se desencadena algunas de las partes de la gestión integral de residuos, aun cuando sea a pequeña escala en un comienzo (insistimos que es importante la gradualidad) comienzan los beneficios ambientales, sociales y económicos que listábamos.

12-   ¿Qué se puede hacer con los materiales obtenidos del tratamiento?

Las posibilidades son muchas; de hecho, hay pocos elementos o sustancias que no puedan reducirse, reutilizarse o reciclarse, ya sea en nuestra provincia o en otras partes del país. Los materiales (inorgánicos)  obtenidos de la simple clasificación, acopio y acondicionamiento en plantas de tratamiento se venden a empresas recicladoras (en nuestra ciudad hay varias de ellas, recicladoras de papel y cartón, de plásticos); los residuos orgánicos se pueden utilizar para la producción de lombricompuesto (abono orgánico utilizado especialmente para la producción de cítricos). Los que por el momento no tienen aprovechamiento son los residuos patológicos, pero no representan la mayor parte de los RSU.

13-   Dos por tres se vuelve al tratar el tema del “volcadero y su lugar”, ¿por qué?

Porque es un tema que requiere urgente solución y que en realidad nunca debería desaparecer de la agenda pública, además se usa por diferentes grupos para presionar por su solución o como estrategia política de presión al gobierno municipal. Lo que sucede es que un tema tan complejo, de larga data y de mucha “tela para cortar” que se puede tratar de diferentes puntos de vista y que puede reflotarse simplemente porque nunca desaparece, sólo se oculta.

14-   ¿De qué hablamos cuando decimos “basurales a cielo abierto”?¿Por qué hay que cerrarlos? Cuando se dice: “hay que cerrar el volcadero”, ¿es así de fácil?

Los vertederos a cielo abierto son lugares en la ciudad de disposición final de residuos sólidos urbanos, generalmente en terrenos fiscales, donde se depositan los residuos sin acondicionamiento, tratamiento, desperdigados sin ningún criterio ambiental, social o económico. Existen cuando no hay planta de tratamiento de residuos ni relleno sanitario bajo normas ambientales estrictas. Hay que cerrarlos porque la acumulación de residuos en lugares que no están preparados para recibirlos produce contaminación del suelo, de las napas freáticas, contaminación visual, incendios por acumulación de gases o por quema intencional (por ende contaminación del aire), comunidades periféricas de trabajadores informales de los residuos en condiciones de indignidad y hacinamiento, entre otras.
“Cerrar” el volcadero es muy difícil porque implica cambiar totalmente el sistema de gestión de residuos de una ciudad, en nuestro caso además lleva 80 años. Por supuesto que es deseable erradicar el vertedero a cielo abierto, pero para hacerlo se necesitan inversiones, voluntad política, compromiso social y estatal y un trabajo articulado y sinérgico en que cada uno de los actores cumpla su parte para poder, gradualmente, ir disminuyendo la cantidad de residuos que llegan al vertedero. Pero el principal problema es que debe hacerse teniendo en cuenta a los recuperadores urbanos cuya fuente de ingresos es la recolección informal de materiales, pues se les quitaría su trabajo, su tradición, su identidad, su arraigo. Nosotros creemos que no hay gestión integral de residuos sin inclusión social de los trabajadores de los residuos y la formalización y mejora de sus condiciones laborales. A este punto debe prestarse especial atención porque el cierre de estos vertederos debe hacerse de modo que los recuperadores conserven sus puestos de trabajo e incluso puedan en forma organizada (cooperativizados, bajo la esfera estatal, etc.) explotar la concesión de los residuos municipales, pues son quienes más conocen del oficio y efectivamente (aunque para muchas personas sólo sean “una parte pintoresca del paisaje urbano”, por utilizar una expresión feliz) prestan un servicio a la comunidad, porque intervienen en el círculo virtuoso del reciclado y la sumatoria de sus acciones redunda en beneficios para todos.


A modo de conclusión quiero decir que, si bien es un proceso gradual como explicó Eduardo– es imperiosa la necesidad de que tomemos conciencia que lo que hagamos hoy repercutirá en el futuro de nuestros hijos. No creo que haya que tomar "la cosa" ambiental de manera catastrófica pero sí creo que se debe tomar como una de las cosas que no deberían quedar para hacer mañana.
A ésta entrada, ya de por sí extensa, les dejo una página para visitar de una ONG que busca promover una Gestión Integral y Sostenible de los Residuos con el fin de generar una utilización eficiente de los Recursos Naturales desde el punto de vista de la Sustentabilidad. Se llama Donde Reciclo y explica qué materiales se pueden reciclar, cuál es la mejor manera de acopiarlas y el beneficio de reciclarlas. 


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